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Un montón de conversaciones intrascendentes ignoran tu partida, mi perrito sabio
En la calle, en los diarios, en el mundo agobiado que hasta hace poco habitaste
Pero es mejor así, con sigilo y discreción para poder escucharte
Porque aquí estás ladrando, llorando; pidiendo y dando como tú sabías, mi perrito sabio
Hoy el día no parece tener mucho significado
Se nota palpable e inmaterial, tu partida en huecos callados
Presencia y ausencia arrecian una lucha descomunal respecto a ti
Mientras esto sucede, todos te extrañamos
Tuviste incontables casas, estuviste en incontables brazos
Pero tu hogar fue el corazón de quienes te amamos
Travieso y explorador de cachorro
Melancólico, temeroso e inteligente
Valiente y sabio en el final de tus días
Así es como supe que siempre te recordaría
Dabas amor hasta a tus rivales imaginarios, a quienes ladrabas incansablemente
Necio hasta el punto de conseguir lo que querías
Agradezco tu paso por esta vida y que hayas conocido el hermoso amor de madre que tanto iluminó tu vida
Con este dolor insistente con que mis palabras buscan contenerte
Te digo en mi mente, compañero, que en mi expresión seguirás presente
Hay dolor y esto es la vida
No hay nada en el universo que pueda aliviarnos
Vivimos el día siguiente con silenciosa resignación
Pero no perdurará el sufrimiento en nuestros corazones
Así como no hay sufrimiento en tu cuerpo ya
Éste es el día siguiente a tu partida y el resto de los días está por comenzar...
Todos vamos a partir, es la inescrutable ficción que se hará realidad
Mi perrito sabio, tú lo hiciste antes
Antes del siguiente beso de tu madre, antes de la siguiente canción de tu padre
Antes del siguiente juego de tu hermana
Antes del siguiente abrazo de tu familia;
Te habremos de alcanzar
La falta de tu cuerpo se nota en tus huecos mínimos y abundantes en cada habitación
En cada rincón del hogar que dejas sin tu genuino olor
En cada uno de los incontables nombres con que te llamaba cada vez que con tu
carita ansiosa me evocabas ternura y sonrisa
Eres icono y leyenda,
eres sabiduría y amor
Cuando pensaba en tu nombre, Ichiro, solía pensar en mi beisbolista favorito
Pero hoy, tu nombre me remite al mejor amigo que me acompañó por años
Testigo de mi deambular y aprendizaje
por este mundo agobiado que hoy seguiré habitando entre tu presencia y ausencia
En mi mente, caballín
Estás en un efímero por siempre lleno de amor
Decir que te dimos mucho o poco es solo decirlo
Pensar si alguien o algo pudo salvarte es impreciso
Lo cierto es que tu paso por este mundo fue contundente
En el impacto que dejan tus insaciables caricias en las que consistían tus necesidades
Agradezco a tu mamá por todo el amor -descuida que la seguiré amando con la devoción con que tú lo hacías-
Agradezco a tu hermanita por todas las aventuras
Agradezco a nuestras familias por consentirte siempre
Y agradezco a esa conexión silenciosa que mantuvimos tú y yo desde que te conocí a los 3 meses de edad tratando de salir de una pequeña cajita de zapatos, tu primer obstáculo en este plano existencial
Para ti, mi perrito sabio, son estas palabras
Porque tu paso por mi mundo fue épico, hay un antes y un después de ti
Ichiro, mi nuevo beisbolista favorito