8 nov 2007

Madrugada de noviembre

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Siento un vacío esta noche, tan desbordado. Siento que sólo puedo desear, una hoja blanca. Corazón resquebrajado, dónde has estado todo este tiempo? Ayer igual llorábamos, pero nuestro verso tan sólo consistía en una contemplación infantil; lo que justo en este momento, no es suficiente. Christina Rossetti es lo único que puedo mantener en las manos, y siento vergüenza de pensar todas las cosas que han dicho mis labios. Si hoy fuera el día de la verdad para mí; hoy sería el día de mis manos… mis manos pasando las hojas, mis manos tocando las cosas, llorando resignadas la vida, manos con las palmas emocionadas.

Pero esta noche el aire es denso, el tiempo pesado, las sábanas tiesas. He imaginado una mujer tan sólo para darme cuenta de que así, no hay hombre en mí: esa tierna mirada la encontré antes, y como antes noté, lo vulnerable que soy. Eran los días de mi vida, y hoy mi vida es completamente esto… mis manos.

Siento un tan prolongado vacío esta noche, que sólo puedo dejar la hoja deseada y aprender a respirar... aromas, aromas, aromas, ¡aromas! (son) donde (están) todas las verdades de la vida…. pero estas no son cosas para saberse, sólo respirarse.
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Christina Rossetti retrocede un paso y se inspira con mi pequeñez; soy tan ignorante, tan ínfimo y temeroso; pero siento tanto... y ella así es un alcaudón hermoso, y ella es el cielo imaginario, y la magnolia, y la astromelia, y la oropéndola nuevamente... tan pequeña. Siento este vacío, y solo siento protección en sus manos.
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"Mi tierno amor dormido, yace en su edad primera
entre lilas, vestido de luz tibia; a su lado pace blanco el ganado
la paloma hace nido, prodiga primavera, su albura por doquiera
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El musgo es suave almohada para su faz rosada
los árboles frondosos sus ojos soñolientos sombrean;
aguas, vientos se quedan silenciosos
y el ocaso refrena, su paso como en pena
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Mi dulce amor sueña, ¿quién sabrá de su sueño?
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La luz del sol que anida en la densa enramada
o la luna quebrada sobre el agua dormida,
quizá el silencio alado, o la canción sin dueño
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Abarrotan de aromas, el aire perezoso
las danzas cazadas de un modo callado por las lomas,
más al despertarse todo resulta más penoso,
y el silencio y el canto aquí abajo son llanto
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Sueña mi tierno amado mientras pasa el verano
soñando adormecido, ausente, ya perdido.
La belleza ve en vano, lo que el sol no ha mirado,
y bebe en la corriente profunda de la fuente;
la música callada le guía hacia la nada
y el susurro profundo del silencio lo aquieta
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Qué mísera la gloria sobre el vasto planeta,
y la quietud del mundo ante su alta victoria".
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Dream Love (amor soñado), Christina Rossetti
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16 oct 2007

Dubitación

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La mañana llega a través de un ensamble de alientos, tan vasta de aromas que uno podría pensar que algo importante va a pasar; escribiendo las líneas, descubriendo las palabras, respirando esto, respirando aquello. Pero este sencillo mirar, la sola idea de lo inspirado retenida en los dedos, son los simples placeres que lo representan todo, abriendo la incomprensible pausa que sucede cuando lo único que deseas es permanecer bajo las sábanas. Y desde la habitación, la cocina tiene un aroma formidable, la cocina es un vasto universo; arte tornándose real; esas formas, texturas, esos hilitos de humo, el sabor envuelto, olor; el sentido en su totalidad, interpretaciones, pequeñas pruebas, pruebas completas.

Junto a la cama toda la calma y, sobre la repisa, los libros que apoyan la propia filosofía. Tras la ventana la luz una entrada, otoño, el escritorio lleno, las hojas cayendo, notas, citas, argumentos, ausencias… y el café se enfría. Si aceleraras el tiempo unos cien años nada se escribiría, nada. Y tu nariz sería un instante provechoso donde un aroma se formaría ausente. Ausencia como ausencia imaginando alientos de un mundo aparte en una mañana dubitativa.
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21 ago 2007

Astromelias

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Es el delicado murmullo, el naranja tenue, los aromas de la mañana. Pasa ligero el tiempo entre tanta delicadeza; la tierra ejerciendo su inocente fuerza. Mientras, los instrumentos de viento prueban su existencia rociados en gotas de naturaleza sobre una ventana. Es el frío añoranza de la mañana, el aire en silencio grave, un instante poderoso en donde pareciera no haber nadie. Desciende esa levedad que se respira en el jardín, bajo la fresca sombrilla; lo lleva todo consigo en una composición viva de ausencia; montañas, bosques, trenes en los caminos, una casa vacía, paredes de madera; retratos antiguos de los que hemos amado, arte y filosofía y, la ternura escondida en cada persona… los días son grises, los días rotos; la alegría y lo que no podemos expresar. Pasa el tiempo ligero, como un río demasiado pequeño, la vida desde el jardín, respirando consuelo de flores; tímida magia. Ahora pasa el tiempo nuevamente… y las astromelias desaparecen, desaparecen…
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2 jul 2007

Elegantemente tristes, técnicamente perfectos

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Con motivo del próximo lanzamiento discográfico de Tindersticks, para julio de 2007 (en Ámerica). He decidido publicar una entrada trabajada en mi anterior gaceta. El nuevo lector encontrará un texto innovador dentro del formato del blog, y quien haya leído la publicación anterior hallará unas líneas ciertamente rejuvenecidas, un texto corregido y en cierta forma pulido. Sirva nuevamente como aclaratoria antes de comenzar, que la presente No es una recomendación musical. La presente surge como un pequeño apunte personal y representativo de un gusto musical por excelencia.



Vamos a escribir
sobre una agrupación de Nottingham (Inglaterra) que comienza su carrera como orquesta en los primeros 90’s, y que paulatinamente ha obtenido un completo respeto y convertido en una finísima referencia de todo oído apreciativo. Desde los primeros trabajos de este sexteto fue posible captar la evidencia de que, indubitablemente, comenzaba a ser compartido un nuevo universo, tan vasto en delicadeza como erosivo por antonomasia.

Descorramos el velo de un dramático escenario para mostrar de quién estamos hablando. Se trata del “secreto mejor guardado por el cual te espera una profunda y amarga felicidad”. Se vuelve preciso para este momento olvidar las letras de un lápiz cansado; olvidemos los libros y las galerías visuales, dejemos atrás esa parte del arte y preparemos el terreno para escribir brevemente acerca de una agrupación de la forma en que la propia música en cuestión lo exige; como puede sugerir, la palabra… Tindersticks.

Descritos por la prensa, alabados por la crítica, venerados, reconocidos y, como si tuviera importancia, desconocidos. Tindersticks es una de esas pocas, poquísimas bandas auténticamente inclasificables. Podemos encontrar en los medios acepciones que los intencionan hacia “Canciones de cuna en un mundo psicótico”, “Pop de cámara, frágil e intimista”, “sinfonías de alcoba”, “suplicios emocionales, melodías sin fin”, “teatralidad dramática en la creación de atmósferas muy personales”, “una senda de oscuro romanticismo y elegancia decadente”

Más lo que tenemos es un repertorio que se roza altivamente con violines, violas, cellos, contrabajos, oboes, flautas, clarinetes, saxofones, trompetas, bajos, guitarras, baterías, pianos, clavinetes, percusiones, otros más instrumentos incógnitos y lo mejor: órganos, trombones y una que otra tuba escondida. Un repertorio cuya única carencia es la propia carencia a que música, letra y voz hacen referencia.

Sería difícil imaginar que una instrumentación de tal categoría requiera el instrumento de la voz humana para ajustarse; pero lo más inaudito del caso es que en esta ocasión, y quizás sólo en ésta ocasión, el instrumento de la voz puede incluso llegar a opacar a los demás instrumentos; lo que sólo sucede cuando tienes a Stuart Staples; una voz que todo lo soporta, que podría sobrevivir incluso por sí sola... la mejor voz. Y de cuyo proyecto alterno podríamos hacer extensa reseña, con acotaciones no menos grandilocuentes.

Con una técnica lírica compuesta tan sólo de lo indeleble, el sexteto formado por Dickon Hinchliffe, Stuart Staples, David Boulter, Neil Fraser, Al Macaulay y Mark Collwill lanza su álbum debut homónimo: Tindersticks; firmado con veintiún canciones, excediendo la hora y quince minutos, y demasiado complejo, lento e introspectivo. Entonces la odisea de las atmósferas en picada comienza…

Vinculados en cierto momento a personajes como Leonard Cohen, Nick Cave, Bryan Ferry, incluso Dylan. E imitados al por mayor. Lo cierto es que Tindersticks no tienen comparación; desde el punto de vista estilístico por el que quiera mirarse: Siete álbumes de estudio, dos bandas sonoras cinematográficas, dos grabaciones “edición limitada”, tres o cuatro discos semiclandestinos inencontrables, infinidad de sencillos y lados b, diez filmes cortos, seis o siete redescubrimientos de cantantes olvidados, presentaciones con orquestas y ensambles de cuerdas, duetos femeninos con personalidades como Isabella Rossellini, Carla Torgerson de The Walkabouts y Lhasa de Sela, constituyen la faceta musical de la búsqueda de Tindersticks.

Pero su curiosidad es amplia y abarca otras disciplinas: amantes de la buena literatura, versados en escritores latinoamericanos poco conocidos como Jesús Gardea (el diablo en el ojo), proyectos creativos con el fotógrafo Phil Nicholls, el cineasta Martin Wallace y la artista plástica Suzanne Osborne (esposa de Stuart S.), además de apoyar la conservación del santuario de burros en Devonshire; lo que revela otro aspecto bello y desinteresado que se percibe en su obra. Todo esto sitúa a Tindersticks fuera de toda clasificación posible en la música contemporánea, y evidentemente en la orilla de lo comercialmente viable.

Las poesías estallan musicalmente como letras que se niegan a escribirse, las notas son como las primeras impresiones de tumultuosas dramatizaciones negándose a escucharse, los escritos se vierten hacia un sufrimiento tratando de encontrar un sentido, un cobijo e, incluso a veces, intentan lo intrascendente, como procurando abandonar el temor que todo lo infringe, pero que todo lo envuelve. Son piezas que intentan asirse a lo romántico para tratar de salvar un terrible asfixio.

Tindersticks es un gusto muy personal, muy particular, demasiado intimista, incluso arrogante. Lloras, te inspiras, te encierras y luego te expresas, te ensucias pero luego resulta que eso, es muy refinado hacerlo. ¿Cómo escribir sobre la melodía fina sin hacerla vulgar, cómo ser tan universal y no volverte dominio público?. Pareciera que la respuesta es un tanto más de tipo filosófica: Tindersticks, hay que admitirlo, no es una banda para cualquiera.

En un universo donde la música es una posibilidad… elegimos a Tindersticks. Y podemos ir más allá de la música y hablar del preludio del artista ante la creación; donde existe una cierta unión con todas las artes… como el primer rocío de una llovizna, como la primera pincelada de una pintura y, una primera letra en un libro; el arte de Tindersticks es fuente de inspiración; genera más arte.

No hay definiciones, sólo destellos. En un universo donde la vida y la muerte son una posibilidad, elegimos Inspiración…


"Mis cartas yacen en tu ventana, amarillentas por el sol

Escritas al tiempo en que nuestro amor era lo primordial,
Tan sólo escaparon de mi pluma, que está rota ahora.
Y al no poder escribir cualquier cosa
Y al no estar cerca de ti,
Toda esta aflicción que la alegría otorga
Muestra tan sólo la verdad de las cosas, el cambio... " (NECTAR, 1993)


Pero hablar de inspiración es inspirarte, y no hay nada más. El último trabajo de Tindersticks saldrá a mediados de julio, un disco doble bajo el título: COMPLETE BBC SESSIONS. Se trata de una recopilación de las sesiones acústicas para la BBC de Londres, un repertorio que contendrá 36 de los temas clásicos y algunas reversiones.


Universal Records, 2007

Tan sólo podríamos cerrar añadiendo, por si no fuera ya evidente, que cuando tienes un sexteto de tal calibre, y tanto por decir en la intimidad de la música; no necesitas estar cerca de las cámaras, ni de las portadas y la plática de nuevos escuchas acostumbrados a desearlo todo. Cuando tienes aún tanto por explorar, no puedes darte ese tiempo. Tindersticks, nuestros mejores compañeros; nuestro gusto musical por excelencia, son simplemente: elegantemente tristes, técnicamente perfectos.

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*Publicaciones aludidas en esta entrada: Letras libres, I-Rock, Encerrados afuera, tv España

20 jun 2007

Memoria

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Pueda Christina Rossetti morir en mis brazos

Y pueda el discreto instrumento de viento sellar esos labios y
hacerlos manos
Y sus impresiones caer a mis débiles dedos y volverse charco en los trazos de un poetastro

-No habrá más trombón-
Memoria no traspasa la tierra,
Memoria sólo inunda los ojos.
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1 jun 2007

Alcaudón

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Entre la vergüenza, la ternura y el suspenso de una primera mirada al espejo por la mañana he notado como la cordura de mis ojos desaparece, haciendo recuentos. La mañana también languidece desde el lado de las sonrisas. Pero, sin detenerme mucho en ello, regreso al punto de la vida escrita.

Con cierto aire metódico los aromas del día tornan literales mis experiencias, hasta el punto en que la posición de espectador parece un lujo anhelado. Me voy a la música, y aun con que la noche anterior fui rodeado de melodías, quisiera que mis músicos crecieran; pues la cosa seria detrás de cada cosa seria hace de mis compositores unos pobres críos. Debe ser sólo objeción a la ilusión moderna, y la ilusión de objeción que eso conlleva.

Pero ahora volteo la página hacia donde no hay sonido, o el sonido es más puro que, no se escucha: azaleas de presencias azarosas, estorninos que se congelan mientras vuelan, lilas silvestres por naturaleza; alcaudón replegado en sí mismo y… más literal, más literal se torna mi vida.

Entonces, con el desastre de una fragilidad insoportable, entre movimientos pasivos, inevitables, tendido en pastos azules que revolotean y que ya solo, revolotean. Yo me destruyo con alguna especie de existencia mientras la verdad se revela, en alguna parte. No será en la música, esta vez, no será en mi escritura…

Las magnolias se presentaran como hermosas ante los ojos, las cigarras revolotearán indiferentes durante el desastre, oropéndolas y trigos húmedos de néctares harán que las cosas adorables sigan siendo adorables. Suaves, enredados todos imaginando belleza. Entretanto, una mirada sentirá vergüenza, como cosa inevitable… "... un anillo de humo brota de mis labios... "; la cosa seria, el alcaudón replegado en sí mismo.


24 may 2007

Desayuno

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'Si me siento físicamente como si me levantaran la tapa de los sesos, sé que eso es poesía
'


En una terrible mañana
Mi intento de desayuno escalaba
Seducido por martillazos

Y al darme cuenta de la derrota de la nada
Mi filosofía fue vencida
Mi huevo cayó sobre un insecticida
Y atestigüé un millón de sorpresas sobrevaloradas

Pobre mundo que flotas y giras
Pobre mundo animado, al fondo de mi vaso

Una telaraña fingía ser una consonante por donde una vocal caminaría
Mientras el olor de las carnes fruncía mi nariz tapándome los oídos
Todo inundado de sentidos que llegué a sentirme vivo; lo que fue un rotundo fracaso

Llegó Schopenhauer –vieja compañía- y condenamos a la araña al libro;
Ese mantel donde mis alimentos se servirían, de lunes a domingo
Imaginamos que eso ayudaría…

Pero la mañana es terriblemente industrial tras repisas de incipiente 'melancolía'
Las tejas de erudición forjan los humores de las flores que se respiran;

Es el mundo que flota y gira
Es la ausencia y la calma chicha

Y entre Schopenhauer y soledades en habitaciones
Y entre victorias de géneros vagos y lenguajes circunscriptos
Recuperé los blanquillos quemados por las orillas;
Mi desayuno de un amarillo ocioso, un blanco grasoso

Atisbé el fundamento de la existencia en la boca
Poniendo razón de la mano al brazo
Y aplacando mi apuesta de excentricidades… pingüinos y fiestas en la playa
Condimenté el sabor introduciendo a la muerte en vida:

Mis ropas no puestas
Mi vida de opiniones, extinguida

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Entonces después fui todo llanto.
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3 may 2007

El barquero

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Estoy recostado junto a la ventana, en mi sillón. Embobado con una xilografía, que es nueva para mí y despierta mi atención. Es un atardecer bajo el invierno que está a punto de hacer caer al otoño, al otoño y sus ares y mares de melancolía.
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La visión que tengo desde mi sillón afelpado, es de un cielo blanco impactado por el retumbar de los ruidos de las ciudades, cargado de un aire moderno que para ser sincero, me molesta. Pero aquí estoy yo recostado con la pieza de madera en mis manos y acaricio de repente mis palmas con mis propios dedos, sintiendo mi piel entumecida e impactada por la vida. Y una ola de suavidad que acompaña el terrible peso de mi cuerpo sobre las telas y la opresión que ejerce el cielo sobre éstas, me provoca alusiones discretas.

El último pensamiento se ha detenido surcando una duda como un canal se construye naturalmente luego de una lluvia sobre campos donde sólo yace la tierra convertida en lodazales, llega cargado de la última pregunta que en estos momentos continúa desconcertante: ¿porqué un hombre, y no una mujer? ¿porqué una mujer, y no sólo aire?, y mis manos, las sensaciones, ¿son éstas puras? ¿es esto lo que es digno de ser llamado pureza?
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Limito mis ojos (cierro) dejándome llevar por el sonido del contraste entre lo natural y su desastre; y su alteración: edificios, accesorios, móviles… un orgasmo de necesidades. ¡Ah! Y cómo recuerdo mi escrito sobre las necesidades, ¡si tan sólo pudiera declamarlo mientras surco los aires! Pero es que tampoco he hallado mucho consuelo en la declamación.
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Creo que a este punto me estoy yendo hacia unos lugares poco habitados, y poco acondicionados para ser conocidos. Apartado del contacto: las rutinas, las vidas diarias, las encomiendas, incluso los motivos y las metas, los diseños para la vida que generan pertenencia; consecuencias de las que cualquiera quisiera olvidarse definitivamente.
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La inscripción del madero que siento con mis dedos corresponde a una imagen, que sin embargo al tocar siento que forma una letra. Se queda estampada y me hace desesperar por no saber cómo interpretarle, o si es interpretación lo que desea. Ahora voy más lejos...
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-Un barquero me llamó el otro día cuando yo caminaba a orillas del Tirso: ¡hey muchacha! me dijo, y yo no volteé mi cabeza, seguí caminando y vino a alcanzarme: perdón, joven (reparó al confundir mis cabellos), estamos buscando público para nuestro conferencista, ha viajado a través de los mares para solventar su discurso; un discurso de esperanza y salvación, ¿le gustaría escucharle?. El hombre alto y gordo, un escandinavo con barbas crecidas color mantequilla y sus ojos azules sulfurosos me transmitió honestidad en su palabra, pero se hacía muy tarde para mí y sólo pude decirle: salúdelo de mi parte. Lo único que no recuerdo ahora es el porqué de mi prisa.
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Lo cierto es que cambié de planes y me quedé en el puente Holley escuchando otra conferencia, la conferencia del océano, muy distinta, carente de la voz de una garganta; aunque sin llegar a enajenarme por completo de la naturaleza, he intentado hacerme amigo de la naturaleza, pero me he sentido un poco falso; pues de ella sólo puedo esperar una voluntad algo maltrecha, y tal vez su muerte, y con ella la muerte de la sombra que produce mi delgada corpulencia; alguna especie inevitable de representación.
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Así sucedía hasta que un cambio repentino en el curso de las olas me hizo retornar inmediatamente al puerto: era el barco con su tripulación que partían, y el hombre desde lo lejos me decía Adiós agitando sus brazos con amabilidad y una sorpresa, supongo, de volver a encontrarme. ¡Que agradable fue, sentir que no me trató ni como hombre, ni como mujer! Algunas escasas personas no pueden ser despreciables; la mayoría de ellas, son barqueros.
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Pero ahora, justo ahora… regreso...
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Al escuchar este vociferar de ciudad desde la ventana de mi apartamento me siento muy distraído con cosas pasajeras: como esperar por la hora de tomar café en la terraza o aguardar la noche para formar una pintura imaginaria en mi mente de las luces reflejándose en las montañas...
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Ahora la tarde pierde y el otoño cede (anochece). Vuelvo con la frente encerrada en pensamientos que de cualquier manera me atraparían. La vida sigue sin parecer cosa digna, pero siento que no puedo abandonar sensaciones como ésta: mi cuerpo formando un hueco en el sillón, el cielo perdiendo el blanco y haciéndose gris, naranja, rojo y negro, y la novedad de la joven apariencia de mis dedos renovados a través de un ciclo de existencias para el que anhelamos clausura.
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Pertenecer es una odiosa colisión de sensaciones. Me quedo por fin tranquilo con la decisión de no declamar y la impresión de nada, acariciando solamente mis palmas y sintiendo variaciones climáticas, las horas transcurriendo. Quizás Holley fue derrumbado hace doscientos años y Tirso se ha secado; pero las aves que por la mañana cantaban frente a la ventana de mi apartamento todavía se mueven, aunque por la noche ya no cantan; parecen sorprendidas de no haber sido asesinadas, ¿es igualmente digna la muerte por asesinato?
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De regreso esta duda delinea no sólo mis ideas, sino que me ha provocado un hambre que pretendo desaparecer con café africano y queso amargo de Bombay. Y mientras voy reinaugurando lentamente los ojos (abriendo) y me reacomodo en el sofá, la tablilla de madera entre mis dedos revela un significado imprevisto...

... Yo a este transcurrir lo conozco, y haría cualquier cosa por no tener que moverme para recibirlo. Pero las luces de noche en la ciudad ya se encienden y formarán con certeza otra alucinación... No atenderé de nuevo al barquero, y no asistiré sus amables referencias. Me quedaré tranquilo en casa, junto a la ventana, escuchando el desperdicio de lo que somos, inspirado sólo por la belleza; el valor sutil de la fragilidad. Y sabiendo de la amabilidad del barquero en cuyo gesto confío, otorgaré un significado a la pieza de madera, apartando de ella mis dedos con lentitud: ¡Tantas cosas en el mundo, y tan inmenso el universo. Y lo único digno es la belleza; y nosotros queriendo hacer de ella una letra, que conforme una palabra, ¡que pueda ser recitada!
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10 abr 2007

Blood

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Hubo una vez algo muy puro
Que me hizo sentir completo y precioso
Pero ahora que está roto, me pregunto
Porqué este nuevo ingrediente?

Todo lo deseado ha sido logrado
Todo lo abandonado, olvidado
Todo lo que he amado lo he destrozado
Es lo que pasa cuando tocas fondo...

Y a dónde va la sangre?
Se escapa de las vidas rotas
A dónde va la sangre?
Huye de las vidas rotas

Hay una horrible muchedumbre a mi alrededor
Se especializan, en violaciones
Cuando fueron numerados sólo un puñado se levantó de las cenizas de lo que llamamos bueno.
Habrá otra tonta escena esta noche, cuando decidamos ignorar lo obvio
Apartaremos rápidamente nuestros ojos al ver lo que dejamos

Y a dónde va la sangre?
Se escapa de las vidas rotas
A dónde va la sangre?
Huye de las vidas rotas

Nuestro amor se estrella sobre nosotros, caído, desesperado
El jugo salpica nuestras botas blancas
Ellos son confundidos y engañados en otra fea escena esta noche,
En que nos negaremos a aceptar lo obvio
Entraremos en pánico tratando de aspirar los últimos suspiros

Y a dónde va la sangre?
Se escapa de las vidas rotas
A dónde va la sangre?
Huye de las vidas rotas

Es lo que pasa cuando vives tocando fondo...


blood by Tindersticks
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11 mar 2007

Anochecer en Pondicherry

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Es noviembre por la noche, son las ocho, y me voy a dormir. El día de hoy no tengo inspiración, no, me voy a dormir. Hay una nube instalada en mi aliento que hace esta noche cálida helada… simplemente ya siento que hoy no habrá desvelo para escribir. Será una noche larga y fría, aquí en Pondicherry.

Por fuera puedo oír a los niños metiéndose en sus casas, sus madres los llaman. Y pienso cuál de ellos tomó mi listón para el pelo haciendo su broma pesada mientras recogía mi cuaderno. Mi padre conversa con un señor que quiere ser escritor, le ha ofrecido un pago por una revisión: ¡Es una historia sobre los templos y las tierras! le he escuchado decir al hombre, ¡perfectamente exportable!; pero sé que mi padre está cansado y le dirá que regrese mañana, o en una semana. Lo puedo imaginar diciendo: … además no me interesa la exportación; ¡revise muy bien su ortografía!.

El edificio de enfrente está reflejando estas escenas, y expele un olor a humedad que a mi nariz estremece.

La brisa lluviosa del mar, y mi impresión de este anochecer me llevan a una convalecencia mojada de sueño, en que sólo puedo pensar en el nuevo viaje al mundo inmutable; me gustaría una transición lenta, discreta; descubrir más de lo que mi mente imagina.

Y por la mañana, no quisiera darme cuenta de si he despertado, si mis manos han vuelto y si mis pensamientos y mis huesos ya tienen peso, no quisiera saber cuando la brisa salina adherida al sudor de mi cuerpo, lo haga real nuevamente. Ahora voy a soñar… amarro mi cabello, cuelgo mi pequeño vestido en el armario, me deslizo suavemente entre mis cobijas de arena planchada, y mis piernas hormiguean. Soñaré en los tiempos del universo, seré una niña a quien no importará mucho la naturaleza; ni descubrir porqué se inventaron las almohadas y algunas son bordadas; y cómo es que tengo una de ellas bajo mi cabeza.

La noche es cada vez más densa. El puerto se va refugiando en el silencio. Los barcos se anidan en los embarcaderos y sus anéctodas les esperan. Las olas se rompen como deshilvanados cristales. Estrellas cansadas de reflejarse, lo siguen haciendo. Y sobre el muelle, unos enamorados planean sus asuntos sobre el regalo que el amor de vez en cuando deja. Pero eso ya no importa mucho; ya una severa negrura en las alturas pareciera que nos diagnostica a la humanidad entera: son las ocho y media.

En cuanto a mí, la hija del escritor; me gustaría describir esta soporosa sensación de abandono, este venerable agradecimiento, y luego mostrárselo a mi padre y recibir consuelo; pero no tengo las fuerzas, y ya me voy a dormir. Lo he dicho antes ¿verdad?; es que hoy no tengo inspiración para escribir.

Las flores que imaginé se han secado, mi clima permea. Ahora es sólo Pondicherry quien contempla mi cuerpo...
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22 feb 2007

Mikel

Ayer di un paseo sólo para toparme con la horrible gente de mi ciudad. La desfachatez de un pueblo que carece de dignidad. Pero mientras los estornudos ensuciaban el aire y las risotadas burlescas inundaban los pasillos de piedra, no me fue posible -y lo estimo demasiado- apartarme de un débil susurro que apuntaba sobre mi pensamiento, insistente en volverme irremediable testigo de una conversación interna apartada llevada a cabo en algún rincón de mi mente.

Comencé a imaginar por aquél entonces, justo frente a un puñado de mujeres y hombres que andaban sin cesar, imágenes que figuraban algunas de mis más arraigadas disquisiciones… reminiscencias mujer-hombre, origen del sufrimiento, obsesividad, acausalidad y un largo etcétera. Lo que miré fueron una especie de manchas de aceite sin forma aparente, pero pude visualizar el entramado de fondo. Sin embargo, lo ilusorio de ese reflejo figurativo rápidamente se disolvió en un nuevo pensamiento que tomó por sorpresa a mi conciencia. Y entonces me cercioré de que en mi mente se efectuaba aquella conversación entre voces que parecían tener voluntad propia:

- “... Porque mi escritora ha fallecido, y ahora quedaré atrapada en una inmortalidad incierta, ahora he cruzado la puerta, y todas las cosas que nos lastiman son insignificantes, ahora tengo independencia, aunque ésta es anónima, siendo un producto imaginario. Pero siento finalmente el sufrimiento mismo, justo ahora que mi escritora ha muerto. Y lo único ya es su pasajera ausencia; la de quienes nos han dotado de presencia” -, dijo la señora D.

Entonces Mikel, mi acompañante de ese día, recordó que tal vez después de todo su vida sólo era cierta para sí mismo, que la guerra y la filantropía, la historia y el devenir, llegaban a ser si acaso la mejor descripción que pueda haber de un sí mismo. Y ambos pensamos paralelamente: Ahora ella permanecerá en el anonimato de las interpretaciones, sin que se sepa nunca nada preciso realmente, sin poder hacer mucho al respecto; su escritora ha muerto, ha partido de la carne.

¿Y nuestra historia? –pensamos- y, ella, el personaje, el mismísimo personaje, se unió a la invocación… ¿A quien le importa?, ¿Podría importarle a alguien? ¿Tendría que importarle a alguien?, si la vida es sólo para los humanos ¿entonces somos únicamente algún desperdicio?. Y luego proseguimos: para quién podría resultar significativa esta conexión, ésta conversación involuntaria, de cualquier forma anónima, ¿Estaremos siendo demasiado irrespetuosos al pensar en esto? ¿Y quién lo haría? ¿Quién nos lo diría?.

El final del día fue extenso, regresamos al comienzo del pasillo y la gente se había ido, cada uno había emprendido la huida hacia el hogar, o quizás para la mayoría éste no existía. Su vida se los impedía. Sin embargo a este punto llegamos a la conclusión de que efectivamente hay personas muy hermosas, pero son escasas.

Tan sólo recuerdo que nosotros vimos las calles desiertas demasiado atractivas, y el contraste de la negra visión planetaria del cielo con la arquitectura conventual nos pareció un sortilegio de magia avanzada. Nos entrelazamos con la idea de que las flores de antaño conservan aún hoy su aroma, y la historia no es el mejor medio para reconocerlo. Estuvimos de acuerdo Mikel, la señora Dalloway y yo, en que tanto ellas (las flores) como nosotros, somos insignificantes en el universo. Y coincidimos en la pregunta por la voluntad de éste mismo.

De qué sirve entonces vivir en el recuerdo de alguien, si su memoria poco importa a los asuntos atemporales. La gloria siempre es pasajera, los días rotos también lo son. Puedes sentirte a ti misma presa de un personaje, y personaje y autor al mismo tiempo, escribirte día a día y sólo para advertir al final de tantos años de trabajo la fatalidad del lector.

Después puedes preguntarte convertido en un inquietante ente literario… y a mí, quién terminará por leerme cuando sea un pequeño librito amarillento, ¿será un vago? ¿un pendenciero? ¿un niño graduado? ¿una mujer de buenos modales? ¿algún solitario? ¿algún burlón? ¿alguna sombra? ¿alguna mano? . Pero lo que siempre es interesante es observar la recompensa de las palabras reflejo en sincronía con las órdenes nerviosas que han impulsado el acto; un cerebro, unas manos, unos ojos, mente y lo que hay detrás, eventualmente.

Sí, el día fue extenso, y su desenlace sutilmente emotivo. Sucede que entonces Mikel cierra su libro y me pregunta si escuché los pensamientos, si se han grabado como laminillas en mi memoria. A lo que yo dije: acabo de darme cuenta, pero la he escuchado a ella, ¿Le has visto? oye y, ¿Crees que cambiaría algo si supiéramos acerca de su destino?... Y Mikel desesperado gimoteó y se puso tenso, y me pidió mientras bebía café en la terraza contemplando la ciudad, que dibujara en una servilleta áspera de 10 x 10 su mejor creación de su breve antaño...

La arquitectura se intimidó ante el contenido revelador de su obra; que si bien el curso de los millares que pasaban estornudando y contaminando el aire, con sus risotadas y sus vidas groseras no me impidieron plasmar, trataré de reproducir a continuación tal como Mikel me lo solicitó:


AQUÍ ESTÁ DIBUJADO UN OJO QUE LLORA


20 feb 2007

Una boda en el cielo (el re-estreno)

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(voz hombre)

Ella se enamoró de mi canto

Ella tenía las campanas y comenzó a tocarlas

Pensó que estaba sola ahí

Pero yo, yo sólo vivo por los aplausos...


(voz mujer)

Una invitación personal a uno de mis estrenos,

Le envié boletos para mi nueva película

Cuando él se enamoró, yo seguía actuando


(voz hombre)

Yo le envié flores al camerino, y le pedí que se casara conmigo

-pero todo lo que escuché fueron aplausos...


Ahora ella llora con un cigarro en la ventana

-Él canta y gime, como si estuviera herido

Ella llora, tan bien

-Él canta y gime, sólo canta y gime


Yo no tenía idea de que ella necesitara dirección

-Y él fue un homenaje a sus escritores

Eran sólo las canciones que escribí para poder tocarla

-Oh, aquellas tristes, tristes canciones que me hacían feliz


Ahora ella llora con un cigarro en la ventana

-Él canta y gime, como si estuviera herido

Ella llora, tan bien

-Él canta y gime, sólo canta y gime


Después quise reactuar las escenas de amor para nuestro propio filme

Y nunca lo imaginé, pero tuve que usar una doble

-Su voz ahora es más desgarradora cada día

Y ella llora, lo sigue haciendo tan bien…


Oooooh, me lastima...

Márchate, márchate...

Me lastima, estoy herido… detente, detente!...

Cómo me lastima, estoy herido... para ya


A Marriage Made in Heaven by Tindersticks