14 sept 2020

Cosas que nunca pasaron

 .

Soy una colección de malos escritos

Soy una colección de rostros descompuestos

-impuestos en uno-, el mío


Soy todos los lunes reunidos en un fin de semana

La libertad de un alcaudón en la montaña

Su libertad, coartada


Estoy en la casa de niebla

De nuevo, casa imaginaria

Estoy en el escape directo, hacia mi naturaleza


Nubes por cielo, neblina vertida

En capas de hielo, en el agua que bebo

Refrescando el paisaje con un parpadeo...

Verde de montaña, verde de ensoñación

Frágil la vista, se cansa de sí misma


Reflejo en el charco, sin flujo

Noche de constelaciones perdidas en otro espacio

Escritorio desamparado, escritorio malhecho

Energía vital que perdura, sin ánimo, mas viva


Somos todo lo que encontramos en el camino

las rocas y el pasto

la niebla e insectos

el cielo que no vemos

la frescura amarga que respiramos


Soy esta colección flotando entre la brisa

Sonrisa, yo te vi ahogar... y volverte curioso llanto


Otro rostro se pone rígido

No sabe estar... en... el... mundo

Rostro rígido, se descompone

No puede tan solo estar... en... su... mundo


Mundo, no existe

Mente, lo crea

Brisa de montaña, escacha la cabeza

Que contiene este rostro y la pausa siguiente:


Fragilidad de montaña

Frío de ensoñación

Verde fascinado

Entre la rigidez que libera, desdibujando un alcaudón


(Vamos) Del letargo de un escritorio en una redacción,

al entorno de luz moderada, dentro de la habitación

Por dentro todo es distinto pero estamos fascinados...


De envenenarnos con el verde que sueña

De soltarnos sin resistencia en las rodillas

Hasta caer frente a la casa de niebla, sobre el pasto con vista hacia arriba


Rostro rígido, asistido por aves inexistentes

Rostros flotando, en el mío

Somos esta colección de imprecisos recuerdos

Cosas que nunca pasaron



"Tengo un deseo profundamente oculto e inarticulado por algo más allá de la vida diaria", V.W.

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