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Soy una colección de malos escritos
Soy una colección de rostros descompuestos
-impuestos en uno-, el mío
Soy todos los lunes reunidos en un fin de semana
La libertad de un alcaudón en la montaña
Su libertad, coartada
Estoy en la casa de niebla
De nuevo, casa imaginaria
Estoy en el escape directo, hacia mi naturaleza
Nubes por cielo, neblina vertida
En capas de hielo, en el agua que bebo
Refrescando el paisaje con un parpadeo...
Verde de montaña, verde de ensoñación
Frágil la vista, se cansa de sí misma
Reflejo en el charco, sin flujo
Noche de constelaciones perdidas en otro espacio
Escritorio desamparado, escritorio malhecho
Energía vital que perdura, sin ánimo, mas viva
Somos todo lo que encontramos en el camino
las rocas y el pasto
la niebla e insectos
el cielo que no vemos
la frescura amarga que respiramos
Soy esta colección flotando entre la brisa
Sonrisa, yo te vi ahogar... y volverte curioso llanto
Otro rostro se pone rígido
No sabe estar... en... el... mundo
Rostro rígido, se descompone
No puede tan solo estar... en... su... mundo
Mundo, no existe
Mente, lo crea
Brisa de montaña, escacha la cabeza
Que contiene este rostro y la pausa siguiente:
Fragilidad de montaña
Frío de ensoñación
Verde fascinado
Entre la rigidez que libera, desdibujando un alcaudón
(Vamos) Del letargo de un escritorio en una redacción,
al entorno de luz moderada, dentro de la habitación
Por dentro todo es distinto pero estamos fascinados...
De envenenarnos con el verde que sueña
De soltarnos sin resistencia en las rodillas
Hasta caer frente a la casa de niebla, sobre el pasto con vista hacia arriba
Rostro rígido, asistido por aves inexistentes
Rostros flotando, en el mío
Somos esta colección de imprecisos recuerdos
Cosas que nunca pasaron
"Tengo un deseo profundamente oculto e inarticulado por algo más allá de la vida diaria", V.W.
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